Parte de nuestra naturaleza es matenernos en constante cambio, la vida misma para nosotros nos ofrece un ciclo de etapas y procesos Nacer- Crecer-Desarrollarnos o Reproducirnos y Morir.
Los trabajos, las familias o la misma necesidad de subsistencia en éste mundo globalizado nos obliga a realizar cambios: seguir con los estudios actualizando conocimiento, dejar atrás costumbres adquiriendo nuevas, aprededer de nuestros compañeros y colegas, o incluso aprender de nuestros hijos y familias.
No podemos negarnos a los cambios constantes que las dificultades y retos nos exigen, pero sí debemos mantener inmóviles nuestras convicciones y principios, ellos son los que forman la menara de enfrentarnos a la vida. Cada uno debe perseguir sus propios objetivos, cada uno debe tener sus propias convicciones, obviamente sin olvidar que «El respeto al derecho ajeno es la paz» ( Frase célebre del político mexicano Benito Juárez).
Lo que para unos pueda ser solo un paso, para otros es una montaña gigantesca que habrá que cruzar, pero independientemente del tamaño del objetivo, qué rico se siente alcanzarlo y no debemos desfallecer por ninguno, por muy pequeño que parezca.
Vale la pena experimentar los cambios, pero tratemos de que éstos sean para bien y que irradien a los demás lo positivo de cada uno. Que sentiremos miedo, es normal, que quizá no funcione como esperamos, también es normal, incluso quizá cometeremos errores, pero todo lo que nos pase será para enseñarnos cosas nuevas, experiencias nuevas que nos ayudarán a ver la vida desde otra perspectiva, y si dañamos a alguien e incluso a las personas que amamos debemos ser humildes, pedir perdón y seguir adelante.
Las palabras de una persona especial un día fueron: «Si ante el cambio usted se siente tranquila y en paz, quiere decir que es algo bueno y que será para bien». Y realmente así fue.
» Hay que ser bueno no para los demás, sino para estar en paz con nosotros mismos». Achille Tournier
Un abrazo y que Dios siempre esté con cada uno.